La moda en El bicentenario
En 1810 describen a las mujeres engalanada con un vestido francés, en el que el cuerpo aparece ceñido mediante un corpiño escotado que cae mediante un sugestivo juego de lazos anudados.
pero como todo varia luego de estos vestidos ser rechazados por muchas mujeres se creo El antiguo vestido de cola fue desplazado por atuendos típicos de las regiones campesinas, en los que las faldas no eran tan embobadas y los decorados y encajes eran mínimos, además de que predominaban los zapatos de madera. Por su parte, los maridos de estas mujeres fueron llamados los sans-culottes (“sin calzones”), pues dejaron de vestir el tradicional calzón a la rodilla para imponer el uso del pantalón y el gorro frigio, tal y como los conocemos hoy.
La moda siguió avanzando y cada vez con ideas mejores. Los modistos encontraron muy acertada la combinación de seda con hilos de oro y plata, y la nobleza hizo alarde de su riqueza mediante el uso de lentejuelas. Sin embargo, la moda de comienzos del siglo XIX, que tuvo como contexto el proceso de independencia, renunció al excesivo ornamento floral y ese gesto se hizo evidente en el uso de telas monocromáticas que recurrían al uso moderado de los encajes.
las últimas tendencias. Igual que hoy, la imagen de las mujeres americanas se vio influida por los modelos europeos. Ser de alcurnia implicaba importar vestidos, telas, zapatos y accesorios de ultramar.
Pero, de todas maneras, las mujeres criollas contribuyeron a enriquecer las formas de vestir, pues se preocuparon por adquirir mantillas, pañolones, esclavinas y ñapangas (blusas) que procedían de las provincias del Sur. Algunas acuarelas del viajero Joseph Brown (
La moda en El 2010
Los extremos. La tendencia limpia y minimalista con colores básicos como el blanco y los pasteles con una clara inspiración masculina. Por otro lado, está la explosión de formas y colores. Inspirados en estampados y colores étnicos, trabajados con técnicas de impresión digital y en materiales tan sencillos como el algodón o tan sofisticado como la seda mezclada con lycras. Sin embargo, la recesión obligó a un aterrizaje forzoso y atrás quedaron los vestidos de gala para darle paso a las prendas de la vida cotidiana. La moda sigue siendo hoy un reflejo de la sociedad tal y como lo era hace doscientos años.